Al ser este un estudio acerca de algoritmos, lo primero que nos interesa es saber a que nos referimos por esta palabra. Viéndolo desde una perspectiva simple, un algoritmo son los pasos a seguir para llegar a un resultado, o dicho de otra manera, la “receta” del programa.

Si lo queremos expresar de una manera más formal, un algoritmo es una serie de pasos secuenciales y finitos que, para un problema dado, nos dará una respuesta correcta. A la ciencia que se encarga del estudio de los algoritmos, así como de su categorización e implementación, se le conoce como Algoritmia.

Los valores que puede procesar un algoritmo (con lo que pretendemos alimentar el programa) se les conoce como entrada, mientras que al resultado se le conoce como salida.

Para que podamos considerar un algoritmo como correcto, debe cumplir que para cualquier entrada válida se debe obtener como salida la respuesta correcta. El algoritmo no sólo es incorrecto cuando no nos proporciona la respuesta esperada, sino también cuando no devuelve respuesta alguna. Esto puede llegar a suceder cuando el algoritmo queda en un ciclo sin poder salir, o cuando termina su ejecución tempranamente por problemas al procesar la entrada.